Tengo actualmente veintiocho años. Hace veinte años mi padre abusó sexualmente de mí. Su abuso siguió hasta la edad de diez años, [cuando] mi hermano menor lo contó a mi madre. (Mi padre me amenazaba con matarse si yo lo contaba.)
Al darse cuenta mi madre de ese abuso, pensé que me apoyaría. Por el contrario, me acusó de buscar a mi papá.... Hasta el día de hoy, ella me ve como su rival, y siempre he sentido su falta de amor y rechazo para mi vida.... Ella de hecho me gritó que su gran error fue haberme concebido.
Cada vez que ellos [se] enferman o necesitan algo, yo trato de ayudarlos. Amo a mi madre y, a pesar de su error, perdoné a mi padre....
Hoy en día soy casada, pero aún me afecta esta situación. Deseo con todas mis fuerzas perdonar a mi madre, pero no puedo. Mi corazón lleva muchas heridas.... Necesito ayuda. No sé cómo luchar contra mi más grande enemiga, a la que más amo, mi madre.
Consejo
Estimada amiga:
Cuando Dios nos creó, puso en nosotros el instinto de conservación. Es esa fuerza dentro de usted lo que la hace pensar que no puede perdonar a su mamá. Usted está confundiendo el perdón con el sometimiento. ¿Cómo puede someterse a su mamá cuando es muy evidente que ella va a seguir hiriéndola a usted vez tras vez, tal como lo ha hecho toda su vida?
No sabemos qué cosa horrible le haya ocurrido a su mamá que la llevara a maltratarla a usted a tal extremo. Pero ahora en realidad no importa. Lo único que importa es que usted tiene que alejarse de su mamá. Ella es una influencia muy destructiva en su vida.
Es probable que su esposo la haya animado a usted a que se separara de ella, pero usted sigue volviendo a su lado. ¿Por qué? Porque esa niñita que usted lleva dentro no deja de buscar el amor y la atención de la madre.
Lamentamos tener que decirle que es poco probable que ella cambie su manera de ser. A no ser que su mamá tenga un encuentro personal con Jesucristo, es probable que ella viva el resto de su vida llena de ira, amargura y rencor. Pero usted no tiene que permitir que esas emociones negativas vuelvan a regir en la vida suya. Acepte el hecho de que nunca recibirá lo que necesita de parte de sus padres, y aléjese de ellos por completo.
Esperamos que usted pueda mantener la relación que tiene con sus hermanos, pero durante algún tiempo tal vez sea difícil. Es posible que ellos hagan que usted se sienta culpable o que la culpen cuando sus padres les causen problemas. No deje que eso afecte la decisión que usted haya tomado.
Nos preocupa el bienestar de los hijos que usted tal vez ya tenga o pudiera tener en el futuro. Ellos no deben estar con su abuelo materno. El hecho de que él haya abusado sexualmente de usted quiere decir que hay el peligro de que haga lo mismo con ellos si se le presenta la oportunidad. Y esos preciosos hijitos suyos pudieran ser lastimados emocionalmente si estuvieran expuestos con frecuencia al trato de su abuela materna. Así que, a pesar de lo mucho que pueda dolerle, usted tiene que aceptar un futuro que no incluye contacto alguno con los abuelos maternos. Si quiere, puede enviarles tarjetas con motivo de días especiales, pero no espere que ellos le correspondan enviándole algo.
Si usted tiene acceso a ayuda terapéutica, le recomendamos que se valga de tal apoyo emocional tan pronto pueda. Las experiencias horribles de su infancia han dejado cicatrices que requieren atención. Con el paso del tiempo, cuando su mamá ya no la esté hiriendo constantemente, usted podrá perdonarla. Perdonar es algo digno, y es encomiable que desee perdonar a la persona que la ha herido tanto. Porque así como perdonamos a otros, Dios nos perdona a nosotros.1
Que Dios sane su corazón herido,
Linda y Carlos Rey
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1 Mt 6:12-15; Ef 4:32