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Caso 78

Estoy preocupada por mi hijo. Últimamente me dice cosas, tales como que le gusta el mal, quiere leer textos demoniacos, y tiene curiosidad por el ocultismo. No cree en Jesucristo. Necesita una explicación lógica para creer en Dios....

A veces creo que es la edad [que tiene]: catorce años. No quiero que esto empeore.... ¡Por favor, ayúdenme! No sé qué hacer.

Consejo

Estimada amiga:

Aunque cierta cantidad de «rebeldía» contra todo lo que creen los demás es de esperarse en casi todos los muchachos de catorce años, creemos que usted tiene razón para estar preocupada, así como tiene razón para tomar medidas positivas a fin de contrarrestar las influencias negativas en la vida de su hijo. Los padres no pueden obligar a sus hijos a que crean en algo, pero sí tienen cierto control sobre determinadas fuentes de esas influencias.

Ante todo, Satanás existe y tiene un reino en esta tierra que consiste en prácticas tales como el ocultismo, el espiritismo, el vudú y la adoración satánica. Los que niegan que Satanás ejerce influencia en el mundo también niegan las Sagradas Escrituras, tanto las palabras de Jesucristo mismo como las de los escritores bíblicos. Mateo describe la tentación de Jesús de parte de Satanás en el cuarto capítulo de su Evangelio. Es imposible creer en la Palabra de Dios y no creer en Satanás y en su obra en este mundo. Por eso tiene tanta importancia que usted haga lo que pueda para lograr que su hijo tenga el mayor contacto posible con la obra de Dios en el mundo, y que tenga el menor contacto posible con la obra de Satanás.

Vigile e impida el acceso que su hijo tiene a sitios en la Internet, inspirados por Satanás, y a juegos satánicos. En cuanto sea posible, impida que adquiera libros o revistas acerca del ocultismo. Asegúrese de conocer a los amigos de su hijo y a los padres de ellos, y de que él no tenga tiempo para pasar con grupos que juegan con el ocultismo. Busque un grupo de jóvenes en una iglesia local que ofrezca actividades divertidas para adolescentes y que cuente con líderes a los que su hijo considere dignos de su respeto. Haga lo necesario para que su hijo pueda asistir a esas actividades como también a las reuniones de la iglesia. A medida que usted se esfuerce por rodear a su hijo de influencias positivas, asegúrele que a la larga él decidirá por sí mismo a quién va a servir, pero que a usted le corresponde como su mamá cerciorarse de que él tenga todo el conocimiento que necesite para tomar decisiones bien informadas. Y explíquele que, mientras viva en su casa, usted hará todo lo posible por protegerlo del mal debido a que lo ama.

Los adolescentes en general, sobre todo a los catorce años de edad, pueden hacer que la relación que tienen con sus padres se vuelva cada vez más tirante. Para ser un padre o una madre eficiente, es necesario ser un consejero prudente, un detective y un vigilante que está de guardia las veinticuatro horas al día. No puede darse el lujo de bajar la guardia. Al fin y al cabo, esta es una lucha espiritual, así que pídale a Dios, todos los días, sabiduría y lo mejor con relación a la vida de su hijo.

Siempre recuerde que Dios ama a su hijo aún más de lo que usted lo ama,

Linda y Carlos Rey

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