Mi madre ya es anciana y requiere cuidados especiales. Mis hermanas y yo hemos tratado de [cumplir con ese deber], pero yo quisiera tenerla conmigo siempre. Soy casada y tengo dos hijos....
Una de mis hermanas me ha aconsejado llevarla a un hogar de ancianos donde la cuiden, pero no estoy de acuerdo. Considero que nosotras sus hijas podemos cuidarla aún. Me gustaría saber si está bien internarla en tal hogar, o si tenemos la responsabilidad como hijas de honrar a nuestros padres mientras estén aquí en la tierra. Nuestra madre fue una mujer que nos sacó adelante a todas.
Consejo
Estimada amiga:
Lamentamos tener que decirle que no hay una respuesta que sea necesariamente correcta o incorrecta para lo que usted quisiera saber. Si bien es cierto que los Diez Mandamientos dicen que debemos honrar a padre y madre, la honra consiste en mucho más que el lugar donde deben vivir.
Hay varios factores que contribuyen a que sea imposible definir la honra de tal manera que se aplique a todo tiempo y a toda cultura a través de la historia. En las generaciones pasadas, las circunstancias eran muy diferentes de lo que son ahora. Y aun hoy, en distintas regiones del mundo y de ciertos países, las circunstancias no son iguales. Por lo general, los que viven en zonas rurales tienen espacio para que vivan juntas varias generaciones, mientras que los que viven en las ciudades pudieran tener que vivir a duras penas en apartamentos muy pequeños.
De un lugar a otro del mundo hay también una gran diferencia en la expectativa de vida. Las personas que viven en zonas donde hay acceso a buenos servicios médicos y a una buena nutrición tienden a tener una vida más larga que las que viven en condiciones primitivas. Obviamente los padres y las madres que tienen una vida más larga necesitan que se les cuide más que aquellos que viven menos años.
Las familias difieren además en cómo están compuestas. Algunos hijos adultos nunca se han casado, mientras que otros se han casado pero nunca han tenido hijos. Algunos se han casado y tienen hijos que aún viven con ellos, mientras que otros tienen hijos que viven por su propia cuenta. Algunos de estos ambientes familiares son mejores que otros para los ancianos.
Debido a todas esas diferencias y otras más, no tiene sentido afirmar que todos los hijos deben turnarse para que sus padres ancianos vivan con ellos. Sin embargo, lo ideal es que cada hijo e hija sea responsable de aportar sustancialmente, ya sea tiempo, dinero o ambas cosas. El honrar a padre y madre consiste en preocuparse por ellos, ser considerados y compasivos, y mantenerse involucrados.
Hay padres y madres que prefieren vivir en un lugar aparte de sus hijos adultos, donde hay atención constante y servicios médicos a su disposición. Cuando esa clase de hogar está disponible y es asequible económicamente, los hijos y las hijas de esos padres pueden aun así preocuparse por ellos, ser considerados y compasivos, y mantenerse involucrados.
Muchas circunstancias de la vida pueden ser justas sin ser iguales. Es mejor que no trate de comparar el valor de sus esfuerzos o de su apoyo económico con el de sus hermanas. Demuéstrele a su mamá la honra que usted siente por ella, sin que importe si sus hermanas hacen lo mismo.
Le deseamos lo mejor,