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Caso 176

A los tres años [de casados, mi esposa] me dijo que no me amaba. Luego, pasados dos años, me lo repitió. Cuatro años más tarde, en el embarazo, me dijo una tarde que no me amaba; pero en la noche se tornó muy cariñosa. Ya después que el bebé había nacido.... estando en la casa de sus padres me dijo que no me amaba; pero al otro día se regresó a nuestra casa, y se ha comportado como si nada hubiera pasado.

¡Por favor, esto me confunde y no sé qué hacer! No quiero vivir en esta incertidumbre.

Consejo

Estimado amigo:

Algunas personas miden bien sus palabras, mientras que otras dicen lo primero que se les ocurre sin considerar si de veras están convencidas de lo que dicen. En una discusión, las personas competitivas son capaces de decir cualquier cosa para salirse con la suya o para ganar, incluso cuando saben que lo que están diciendo no es verdad. Más tarde se disculpan y tratan de retractarse de lo que han dicho.

Si bien las hormonas influyen hasta cierto punto en la conducta de todas las mujeres, algunas padecen con mayor frecuencia de severos altibajos en su estado de ánimo y de aparentes cambios en su personalidad debido a que sus hormonas están desequilibradas. Es posible que digan y hagan cosas que normalmente no dirían ni harían, y con mayor razón las que tienden al dramatismo. Y sobre todo durante el embarazo, es común y corriente que algunas manifiesten un comportamiento imprevisible como resultado de sus hormonas. No creemos que ese desequilibrio fisiológico deba emplearse como excusa o justificación de un comportamiento descortés o de malas decisiones, pero el comprender estos factores subconscientes debiera contribuir a que sean más pacientes los familiares y los amigos.

Nos pareció interesante el detalle de que en el lapso de unos diez años de matrimonio, hubo sólo cuatro ocasiones en las que su esposa le dijo que no lo amaba, y cada vez se portó de un modo diferente poco después. Si bien nunca es aceptable que una esposa niegue el amor que le tiene a su esposo, usted tiene que saber, luego de diez años de matrimonio, que ella a veces dice cosas que no quiso decir. Ya que se tiene que ser una persona sensible para recordar con tanta claridad cada incidente, le recomendamos que perdone a su esposa y olvide esas ofensas.

Lo que más debe usted recordar es que el verdadero amor se manifiesta mediante lo que hacemos y no lo que sentimos. Así como es posible que su esposa no siempre sienta que lo ama, es probable que usted no siempre sienta amor por ella tampoco. Los sentimientos vienen y van. Cuando se siente enojo, en definitiva no se siente mucho amor. Pero cuando el amor verdadero hace que un hombre y una mujer se comprometan el uno al otro en matrimonio, ya no importan sus sentimientos. Cada día al optar por cumplir ese compromiso que hicieron el día de la boda, usted con eso opta por mostrar su amor mediante su conducta. Si se esfuerza por hacerlo día tras día, verá que los sentimientos de antaño volverán a manifestarse.

Es posible que Jesucristo nuestro Salvador, al estar en su condición humana, no haya sentido mucho amor por aquellos que lo estaban escupiendo y lo estaban clavando en la cruz. Pero a pesar de eso, le pidió al Padre que los perdonara por lo que le estaban haciendo.1 Él los amó a ellos (y nos amó a nosotros) tanto que optó por dejarse crucificar y morir por todos nuestros pecados, probando así que de veras nos ama.

Le deseamos lo mejor,

Linda y Carlos Rey
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1 Lc 23:34

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