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Caso 297

No sé si Dios pueda perdonarme. Es mi segundo aborto, y además hace más de un año que he estado engañando a mi marido con un hombre casado. Soy consciente de que eso está mal ante Dios. Por eso es mi pregunta, si Dios puede perdonarme todavía, ya que yo, sabiendo que está mal, lo hice. Quiero dejar esa vida porque ya no aguanto mi situación. Quiero acercarme a Dios, pero me da vergüenza. Siento que no merezco nada de Él, ni siquiera de dirigirme a Él.

Consejo

Estimada amiga:

Tiene razón. Usted ha hecho cosas muy malas. Con razón se siente avergonzada y está arrepentida. Destruyó dos vidas, quebrantó sus votos nupciales, y ha mentido a fin de encubrirlo todo desde el principio. ¿Podrá, entonces, perdonarla Dios?

Para dar con la respuesta, debemos investigar a ver qué dice la Biblia al respecto. Muchos creen que la Biblia presenta a Dios como un juez severo a quien le place castigarnos por nuestro pecado. Por lo general esas personas forman sus opiniones al escuchar los comentarios de los que asisten a ciertas iglesias. Pero lo que dicen éstos y algunos de los que predican por radio y televisión no es siempre lo que en realidad dice la Biblia.

La Biblia dice: «Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.»1 Así que Dios nos ama a tal grado que sacrificó a su único Hijo para que pudiéramos recibir el perdón y tener vida eterna. Envió a su Hijo Jesucristo a fin de que naciera sólo para que posteriormente pudiera morir como la paga de los pecados que usted y yo hemos cometido.

Pero usted cree que lo que ha hecho es más de lo que Dios es capaz de perdonar. Por eso dice el versículo siguiente del mismo texto bíblico que «Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él».2 A pesar de todos los que pudieran condenarla a usted, Dios envío a Jesucristo para que usted pudiera salvarse de la condenación eterna.

Al pecado se le ha comparado con el caerse desde un precipicio. Uno no puede caerse un poquito. Una vez que se cae, es hasta el fondo. Cuando uno peca, no hay pecado pequeño, ni mediano ni grande. Cualquiera que haya sido el pecado, necesita el perdón de Dios.

Sin embargo, no es automático el perdón. El apóstol Juan nos dio estas instrucciones: «Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.»3 Cuando usted le pide a Dios en oración en sus propias palabras, la confesión que hace tiene que estar acompañada del arrepentimiento y de la decisión de dejar de engañar a su esposo. Si está sinceramente arrepentida, entonces estará igualmente agradecida al saber que Dios la ha perdonado y le ha dado la oportunidad de volver a comenzar . Y esa gratitud y esa libertad de la culpa le ayudarán a comenzar una vida en la que desea agradar a Dios todos los días.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Jn 3:16
2 Jn 3:17
3 1Jn 1:9

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