Tuve una hija con un hombre que pertenece a otra iglesia que me atrevo a decir es una secta. Con el tiempo vine a comprender la magnitud de las consecuencias....
Aún no vivimos juntos. Él insiste en que conformemos un hogar y que busquemos un equilibrio en las religiones.... Muchas veces pienso en irme a vivir con él y formar ese hogar, pero tengo miedo de que Dios no esté de acuerdo con eso.
Consejo
Estimada amiga:
Lo cierto es que la situación en que usted se encuentra es complicada. En muchos casos, les aconsejaríamos a los padres que se casaran a fin de proporcionarles estabilidad a los hijos. Sin embargo, en otros casos el padre o la madre pudiera representar cierto peligro para su pareja y para los hijos. Tal vez se deba a conducta delictiva, al abuso de drogas o de alcohol, a hábitos económicos irresponsables, a enfermedad mental, a falta de dominio propio, o a varios otros factores. En definitiva, el ser miembro de una secta calificaría como peligrosa a determinada persona.
La palabra «secta» puede emplearse en varios contextos distintos. Por ejemplo, algunas personas llaman «secta» a cualquier grupo religioso diferente del suyo a fin de denigrarlo.
Definidas en el sentido estricto, las sectas tienen en común ciertas características. Cada una tiene como autoridad máxima a una persona que aún vive o a un pequeño grupo de personas que no permiten que sus miembros pongan en tela de juicio esa autoridad ni que expresen puntos de vista que difieran. Entre todos se manifiesta la paranoia con relación a los de afuera que no son miembros del grupo, y cualquiera que decide renunciar a su membresía en el grupo es condenado al ostracismo y difamado. Además, los líderes no les rinden cuentas de las finanzas a los miembros, y tienden a enseñar que ellos, en calidad de líderes, no tienen que someterse a leyes o normas morales tampoco.
Ya sea que el padre de su hija en realidad pertenezca o no a una secta, es muy sabio el que usted comprenda que las diferencias en creencias religiosas causan problemas de monto mayor en los matrimonios. Aun las personas que no practican la religión que profesan pueden perturbarse mucho cuando alguien quiere adoctrinar a sus hijos en distintas religiones y prácticas.
Consentir en buscar un «equilibrio» en la práctica de su religión y la del padre de su hija nunca dará resultado debido a que uno no puede creer en algo de un momento a otro sólo porque alguien alguien se lo pide, como tampoco puede uno dejar de creer lo que ya cree.
Todavía más importante es que los seguidores de Cristo han de practicar un estilo de vida totalmente distinto que el de los que no siguen a Cristo, principalmente debido a su creencia en la Biblia o su indiferencia hacia ella. Por eso enseñó el apóstol Pablo que los seguidores de Cristo no deben formar yunta con quienes no lo son.1
Si usted es una seguidora de Cristo, pero el padre de su hija no lo es, entonces le aconsejamos que busque asesoría legal a fin de obtener un acuerdo legal en cuanto a sustento y visitas paternas. Luego póngale punto final a la relación sentimental y no vuelva a hablar con este hombre sino sólo cuando tenga que hacer arreglos para que él visite a su hija. Es incorrecto darle esperanza alguna de un futuro juntos si usted sabe que no debe o no tiene la intención de casarse con él.
Le deseamos lo mejor,
Linda
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1 2 Co 6:14 (NVI, TLA)