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Caso 524

Hace unos dos meses comencé a serle infiel a mi esposa, por chat. Hablé con dos mujeres acerca de lo mala que era ella conmigo y de lo triste y vacía que era mi vida a su lado. Todo eso estaba basado en mentiras, pues no era así. Además... hablé con otra mujer de intimidades sexuales.... Mi esposa... se enteró de todo, me sacó de la casa y me pidió el divorcio. Estoy arrepentido ahora, buscando que me perdone. Ella... no admite la infidelidad y, aunque no me acosté con ninguna de esas mujeres, para mi esposa esto no tiene marcha atrás.

Consejo

Estimado amigo:

Usted lamenta lo que hizo, sobre todo por las consecuencias que resultaron. Pero ¿ha pensado en lo que estaba sintiendo que lo llevó a decir esas cosas hirientes y destructivas acerca de su esposa?

Se nos ocurren dos posibilidades. La primera es que usted estaba dispuesto a decir lo que fuera con tal de cultivar una relación con las otras mujeres, todo con la esperanza (o el deseo subconsciente) de llegar a tener una relación sexual con una de ellas o con todas. Pero usted no tuvo tiempo para llevar a cabo ese plan porque su esposa descubrió lo que estaba haciendo antes de que pudiera tener ese desenlace.

La otra posibilidad es que usted sintió (y tal vez aún sienta) enojo contra su esposa, pero no pudo expresarle a ella lo que sentía. Así que manifestó esos sentimientos de una manera anónima y «segura». Una vez que ella lo descubrió, usted tuvo que negar lo que de veras sentía a fin de ocultarle esos pensamientos. Mintió, afirmando que lo que dijo antes era una mentira, pero que ahora sí estaba diciendo la verdad.

¿Cómo podía ella saber qué debía creer? De cualquier manera, usted la engañó por completo, mostrándose mentiroso y embustero. Usted no es el hombre que ella se había imaginado. Su esposa no logrará sobreponerse fácilmente a ese engaño.

Si usted de veras está arrepentido y desea salvar su matrimonio, debe estar dispuesto a efectuar algunos cambios. En primer lugar, cancele todas sus cuentas en las redes sociales. Le es demasiado fácil mentir de manera anónima, de modo que elimine esa tentación. Luego haga una lista de todas las situaciones en las que por lo regular miente o engaña a alguien, y determine cómo puede dejar de hacerlo.

Lo más importante es que le pida a Dios que le perdone todos sus pecados en el nombre de su Hijo Jesucristo. Pídale que lo cambie de adentro hacia afuera. Dios tiene el poder para hacer lo que usted no puede hacer solo. Él puede ayudarle a llegar a ser la clase de hombre en quien su esposa algún día pueda volver a confiar.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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