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Autocondenación
Soy un adolescente... y quiero que mi futuro sea exitoso, así que he empezado a jugar fútbol para ver si logro hazañas en el deporte. Me hace falta experiencia y entrenamiento, pero quiero destacarme... y tengo miedo de que Dios me diga que no....
Consejo
Estimado amigo:
Te felicitamos por tener interés en el plan de Dios para tu vida. Lamentablemente, estás confundido sobre cómo descubrir cuál es su voluntad divina. Al parecer, piensas que Dios sólo está esperando saber lo que realmente quieres para poder desanimarte diciéndote que no.
Esa no es la manera como Dios trata a los que tenemos una relación personal con Él. Más bien disfrutamos de la ventaja de hablar directamente con Dios mediante la oración y de escuchar directamente a Dios mediante la oración y el estudio de la Biblia. Nos comunicamos con Dios y fortalecemos la relación que tenemos con Él a fin de estar atentos cuando Él quiere que nos detengamos o que tomemos otro rumbo.
El Hermano Pablo empleaba una comparación para explicar cómo podemos saber lo que Dios quiere que hagamos. Según el Hermano Pablo, Dios se comunica con nosotros mediante una señal tal como un semáforo. La luz permanece verde casi todo el tiempo, pero de vez en cuando cambia a rojo. Nosotros debemos avanzar en la vida, siguiendo los principios enseñados en la Biblia, tomando decisiones y fijándonos metas que procuramos alcanzar. Así como cuando manejamos y todas las luces están en verde, seguimos sin detenernos. Pero cuando Dios quiere que procedamos de otro modo, nos cambia la luz a roja para que nos detengamos. Debido a que estamos prestando atención, sabemos cuándo nos está hablando y sabemos que hemos visto una luz roja.
Cuando Dios cambia la luz a roja, nos sentimos inquietos en cuanto a lo que estamos haciendo o planeando hacer. No importan nuestros esfuerzos para tratar de justificar nuestras acciones o nuestro plan, Dios se vale de la voz de nuestra conciencia para que sintamos esa inquietud.
Ahora bien, podemos sentir esa misma inquietud como resultado de ansiedad o temor incluso cuando estamos siguiendo la voluntad de Dios. ¿Cómo podemos entonces discernir si lo que estamos sintiendo es una luz roja de parte de Dios o simplemente una reacción emocional tal como ansiedad o temor?
Aunque sabemos que Dios es mucho más que un amigo, imaginémonos que Él es como uno de nuestros mejores amigos. ¿Es posible saber cómo va a reaccionar ese amigo ante determinada situación? La respuesta depende de lo bien que lo conozcamos y cuánto tiempo hayamos pasado con él. Lo mismo sucede con Dios: cuando pasamos tiempo con Él en oración y aprendemos de Él mediante la lectura de la Biblia, sabemos cuándo Él nos está hablando.
De modo que si te gusta el fútbol, juega fútbol. Adquiere la experiencia y el entrenamiento que quieres y necesitas. Juega porque lo disfrutas y porque es un ejercicio saludable. Juega para pasar tiempo con tus amigos y para divertirte. Y no te preocupes por si el fútbol profesional pudiera ser tu carrera. Solamente sigue adelante pasando una por una las luces verdes.
Te deseamos lo mejor,
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