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Caso 389

Estuve casado casi veinte años. Me involucré varias veces con mujeres casadas, y éstas disolvieron sus matrimonios. Como resultado, mi propio matrimonio llegó a su fin. También tuve relaciones sexuales de alto riesgo para mi salud física y emocional... que ahora afectan mi mente, mi alma y mi cuerpo. Hoy mi dolor es inmenso, ya que provoqué varios divorcios además del mío propio, con hijos de por medio.

El perdón de Dios es grande ¿Podrán restaurarse las mujeres y sus respectivos hijos? ¿Alcanzará para mí el amor y la misericordia de mis hijos? ¿Podré restaurar mi alma y mi vida física pese a haber hecho tanto daño?

Consejo

Estimado amigo:

El caso suyo es triste. Afronta muchas consecuencias negativas a causa de no haber obedecido la ley de Dios. ¡Si tan sólo le hubiera sido fiel a su esposa! ¡Si tan sólo hubiera vivido conforme a lo que nos ordena Dios! ¡Tantas vidas habrían sido diferentes! ¡Tanto sufrimiento podría haberse evitado! ¡Y tantos niños podrían haber crecido con sus padres al igual que con sus madres!

Pero ya es demasiado tarde para eso. Usted tomó malas decisiones y ha sufrido, como también han sufrido las mujeres involucradas. Y lo peor de todo es que han sufrido igualmente esos niños indefensos, y ellos seguirán afrontando las consecuencias por el resto de su vida.

Usted nos pregunta si podrán restaurarse las mujeres y los niños. La única manera en que puede contribuir a que eso suceda es cortar toda relación con ellos. Sin embargo, si ha tenido hijos con ciertas mujeres, y si los esposos de ellas no aceptan a esos hijos como de ellos, entonces usted tiene la obligación de ser un padre responsable, tanto emocional como económicamente. No será fácil, pero no se rinda por más dura que sea la tarea.

También nos pregunta si alcanzará para usted el amor y la misericordia de sus hijos. La respuesta es que eso no le corresponde a Dios resolverlo. Depende por completo de usted. ¿Les mostrará usted amor al pasar tiempo con ellos y contribuir a lo que necesitan en lo físico? ¿Será usted un hombre al que puedan respetar? ¿Les dirá siempre la verdad y cumplirá las promesas que les haga? Los hijos tienden a ser generosos en perdonar, pero usted tiene que poner de su parte.

Por último, usted nos pregunta si podrá restaurar su vida física y su alma. Si bien Dios puede sanar cualquier enfermedad, y lo hace, Él casi nunca quita las consecuencias naturales de nuestra conducta. Usted reconoce que está sufriendo en el cuerpo las consecuencias de sus decisiones, así que no es probable que Dios le quite esas consecuencias. Sin embargo, le tengo buenas noticias. ¡Dios está dispuesto a restaurar su alma! Él lo limpiará de todo pecado si de veras está arrepentido por lo que ha hecho y si cree que Jesucristo, su Hijo, murió en la cruz para pagar el castigo de ese pecado. Pídale que lo perdone y que le dé la fuerza y la sabiduría necesarias para tomar decisiones sabias en el futuro. Lea la Biblia y ore para aprender a vivir conforme a sus leyes divinas. Y determine que va a llevar una vida nueva basada en esos principios.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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