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Caso 113

Hace cinco años, conocí a una persona de la cual me enamoré y amo mucho.... Para [ese entonces] él ya estaba separado de su esposa y [tenía] dos hijos.... Fruto de esta relación, tenemos una hija de dos años, cuatro meses.... A pesar de que tenemos una hija, seguimos con la vida de cuando éramos enamorados; es decir, él en su casa, y yo con nuestra hija en la mía....

Me dice que me ama y me adora, pero rechaza a mi hija. Dice que él ya tiene dos hijos y que no necesita a la nuestra. Eso a mí como madre me duele; él no ha sido responsable con mi hija.

Consejo

Estimada amiga:

Nos alegra que usted quiera tanto a su hija. Ella merece crecer con el sentir de que es digna de ser amada y apreciada.

Además del amor suyo, su pequeña también cuenta con el amor de Dios. El salmista David dice que Dios es padre de los huérfanos.1 Usted necesita aceptar el hecho de que su hija es huérfana de padre. Su novio donó el material biológico para concebirla, pero en definitiva él no ha sido un padre para ella.

No hay modo alguno de hacer que su novio le tenga afecto a su hija o la acepte. Sin embargo, quiéralo o no, él tiene la responsabilidad moral y ética de contribuir a su sustento económico. La animamos a que se comunique con un abogado o con el sistema de bienestar familiar de su país en ese sentido.

Pero más importante que el aspecto económico es la salud emocional de su hija. El tener contacto con un hombre que obviamente la rechaza será muy dañino para sus emociones y su autoestima. Ella crecerá tratando de ganarse el amor de su padre por medio de su conducta, y cuando su conducta positiva no dé resultado, ella pudiera actuar de una manera destructiva entregándose a las drogas y al sexo desenfrenado.

Su novio ha manifestado con toda claridad que no quiere vivir ni casarse con usted. El empeñarse en tener una relación íntima con él es emocionalmente destructivo para usted y pudiera arruinar la vida de su hija. Fue precisamente ese tipo de situación que Dios quería ayudarnos a evitar cuando nos dio la regla de que tuviéramos intimidad física sólo como parte de una relación de por vida dentro del matrimonio.

No debiera importarle a usted que esté o no separado su novio de su esposa; está claro que él no quiere casarse con usted. ¿De qué sirve lo mucho que le diga que la ama? La conducta de él comprueba que no tiene suficiente amor como para querer vivir con usted o formar una familia con usted y su hija. ¿Por qué habría de querer usted seguir cultivando una relación con un hombre al que no le importa lo que a usted le conviene? ¿Y por qué habría de querer usted seguir permitiendo que este hombre rechace a su hija de un modo que pondrá en peligro la salud y la estabilidad emocional de ella en el futuro?

Dios la ama a usted y a su hija. Él quiere lo mejor para las dos. Pídale que la acompañe y que le dé las fuerzas necesarias para hacer lo que más le conviene.

Le deseamos lo mejor,

Linda y Carlos Rey
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1 Sal 68:5

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