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Caso 447

Me casé muy joven, y mi matrimonio no ha sido lo que esperaba, por falta de atención y por muchos reclamos, discusiones y violencia. Entonces empecé una relación paralela, la cual yo propicié [con] algunos encuentros para charlar y [en la que] sentía que recibía todo lo que necesitaba: apoyo, comprensión, hasta llegar muy lejos, a la intimidad. Esa relación duró casi dos años, por supuesto a espaldas de todos. Luego al año comencé otra relación con otro, pero no se pudo porque mi esposo me seguía los pasos [como lo hizo al final de la relación anterior].

Ahora, luego de casi diez años, de nuevo estoy detrás de otro, enviando mensajes en redes sociales y correos. Yo digo que son inofensivos, que sólo es búsqueda de amistad, pero no sé. ¿Qué me aconseja? ¿Estoy haciendo mal?

Consejo

Estimada amiga:

Es bueno pedir consejo, sobre todo cuando la conciencia le está indicando que está haciendo algo malo. Las dudas que tiene en cuanto a si está haciendo mal al buscar otra relación extramarital es, con certeza, una advertencia de parte de su conciencia. Dios le dio la conciencia para protegerla de consecuencias indeseadas, y si usted le hace caso a las advertencias que ésta le hace, pudiera evitar mucha angustia.

Usted dice que su esposo le está siguiendo los pasos. Es obvio que usted le estaba mintiendo acerca de sus salidas y sus actividades, y que a eso se deba que él haya decidido seguirla a fin de descubrir la verdad. Usted le ocultó una parte de su vida, y por eso sintió que tenía que mentirle.

Hay varias razones que da a conocer para el fracaso de su matrimonio, pero la mayoría de ellas tienen que ver con la falta de atención, apoyo y comprensión de parte de su esposo. Al decir que hubo también violencia, no tenemos ningún modo de saber si esa violencia incluye a uno de los dos golpeando al otro en un acto de abuso físico, o si la violencia que describe es más bien como cuando una persona enojada cierra las puertas con fuerza y vuelca las cosas. Basados en todo lo que usted dice, suponemos que no ha habido abuso físico.

Lo que sí está claro es que usted no se siente feliz en su matrimonio. La manera positiva de buscar más felicidad es esforzarse por mejorar el matrimonio. Así que consulten a un consejero matrimonial o busquen a una pareja felizmente casada que esté dispuesta a servirles de mentores. Si el enfoque suyo no deja de ser la satisfacción de sus propios deseos, entonces está condenada al fracaso. Los matrimonios felices se componen de un hombre y una mujer a quienes lo que más les importa es satisfacer los deseos el uno del otro.

¿Está usted haciendo mal? Sí. Está quebrantando por lo menos dos de los Diez Mandamientos. Ha mentido y ha cometido adulterio. Pero no es demasiado tarde para que cambie. Jesucristo murió en la cruz a fin de perdonar sus pecados. A pesar de lo que usted ha hecho, la perdonará si usted decide seguirlo a Él y no seguir su propio camino.

Le deseamos lo mejor,

Linda

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