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Caso 756

Vivo con mi esposa y mi hijo de cinco años.... Mi esposa está embarazada. También viven con nosotros tres niñas [a quienes sus padres abandonaron a su suerte]. Nosotros les damos posada y comida....

Una de ellas salió embarazada, pero no ama ni conoce bien al muchacho [con quien concibió] al bebé. Ella no quiere darlo a luz, y él no se hace responsable [como padre biológico que es]. Nosotros le decimos que no lo aborte, sino que al nacer lo dé en adopción.... Yo no cuento con los recursos económicos para mantener a dos bebés.... A la niña le digo que yo no soy su padre, pero que sí la cuidaré como un padre, y que puede contar conmigo y con mi esposa. No la dejaré sola en este proceso tan duro.

Consejo

Estimado amigo:

¡Es usted un hombre muy sabio! Y tanto usted como su esposa son compasivos, generosos y clementes. Sabemos que Dios los bendecirá por el cariño que les han mostrado a esas tres niñas. De hecho, Jesucristo mismo enseñó acerca de lo que ustedes están haciendo, al concluir una de sus parábolas como sigue:

«Entonces dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron....”

»Y le contestarán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos como forastero y te dimos alojamiento, o necesitado de ropa y te vestimos?” ... El Rey les responderá: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.”»1

Por medio de esta enseñanza, ¡Cristo dejó en claro que lo que usted está haciendo por esas niñas, amigo mío, es como si lo estuviera haciendo directamente por Él! Y como usted está siguiendo la enseñanza de Él, sabemos que Dios suplirá los fondos que necesite. Él no sólo le dará una recompensa cuando llegue al cielo, sino que también le proveerá de lo que necesite ahora.2

Usted ha tomado decisiones sabias y acertadas. Lo felicitamos, junto con su esposa, por haber rescatado de la calle a las tres niñas y por haber hecho lo posible por salvar del aborto a la criatura no deseada. Un esposo y una esposa amorosos podrán así recibir con los brazos abiertos a esa criatura como sus padres adoptivos.

Este es el momento de buscar a Dios y permitir que Él intervenga para proveer los recursos económicos que usted necesita. ¿Le someterá usted su vida entera y confiará en que Él proveerá? ¿Está usted dispuesto a pedirle que perdone sus pecados y que le dé un nuevo impulso a su vida? ¿Será usted el líder espiritual de toda su familia de modo que la lleve a seguir a Cristo y a depender de Él? Puede contar con que Él ha de cuidarlo a usted, tal como las tres niñas pueden contar con que usted ha de cuidarlas a ellas.

Le deseamos lo mejor,

Linda
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1 Mt 25:34-38,40
2 Fil 4:19

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