Todo sucedió cuando le di la noticia a mi madre de que me iba a casar. Ella no estaba de acuerdo con que se efectuara el matrimonio; pero no le hice caso, y... desde ese momento mi madre ha sido el centro de los problemas por sus actitudes, y tuve que irme a vivir a otro lugar. Me dijo que a un hijo mío nunca lo reconocería como nieto. Eso me hizo sentir muy mal. Lo que yo pienso es que mi madre cambió mucho porque yo le ayudaba económicamente....
No puedo seguir con ese problema, porque afecta mi matrimonio. Yo quisiera que mi madre se entendiera con mi esposa, y que ella pueda conocer el nieto que viene en camino.
Consejo
Estimado amigo:
Lamentamos que esté sintiendo ese malestar emocional. Su esposa, debido al embarazo, debe de inmediato dar los pasos necesarios para aliviar el estrés en su vida y la ansiedad que esta situación les está causando.
Las personas con madurez aceptan las cosas tal y como son, y adaptan sus actitudes y su conducta como corresponde. En cambio, las personas inmaduras reaccionan con manipulaciones. Tratan de cambiar la situación y obligar a los demás a hacer lo que ellas quieren. Intimidan a través de la furia, del silencio sepulcral, de las amenazas y de los insultos. Y cuando esos métodos no les dan resultado, prueban otros.
Muchos manipuladores ni siquiera están conscientes de sus propias manipulaciones. Ponen en práctica esos métodos con las personas a quienes aman sin sentir culpa alguna. Su inmadurez, egoísmo y falta de sabiduría las lleva a anteponer sus propias necesidades a las de los demás, así que se sienten justificados al emplear cualquier método para salirse con la suya. Sin embargo, el apóstol Pablo enseñó que el amor verdadero no insiste en salirse con la suya.1
En las consultas que recibimos, es más común que las madres sean las manipuladoras. Digo esto sin la intención de ofender, ya que yo soy la madre de cinco hijos adultos. Luego de haber sido totalmente responsable de su bienestar y cuidado durante tantos años, tengo la tentación de pensar que siempre sé lo que más les conviene. Si cumplí a cabalidad mis funciones como madre mientras ellos estaban creciendo, entonces ahora puedo confiar en ellos cuando toman sus propias decisiones. A veces tal vez me pidan consejo, pero a mí me corresponde darles la información que pudiera hacerles falta en vez de decirles cómo deben proceder, o de esperar que actúen del modo en que lo haría yo.
En un buen número de casos hemos dado el consejo que a los matrimonios jóvenes no les conviene vivir en la misma casa con los padres. Así que usted hizo lo debido al irse a vivir a otro lugar. No importa lo pequeña ni lo humilde que sea su nueva residencia; les va a ir mucho mejor en su propio hogar.
Acostúmbrese a terminar cada conversación repentinamente cuando su mamá comience a hablarle con crueldad acerca de usted mismo, de su esposa o de su hijo. Si eso ocurre durante una visita, dígale de inmediato: «Tengo que irme, mamá. Hasta luego.». Salga lo más rápido posible, negándose así a oír algo más. Si ocurre durante una conversación telefónica, es fácil decirle lo mismo y colgar de inmediato el teléfono. No responda de ninguna manera a lo que ella diga. No le diga que ella lo está hiriendo o fastidiando con sus palabras. Todas esas reacciones le darán esperanza de que su manipulación está dando resultado, mientras que cuando repentinamente termine cualquier conversación con ella, le dará a entender que sus métodos son infructuosos.
En el Caso 46, que se encuentra en www.conciencia.net, le aconsejamos a una joven casada cómo sobrellevar las cosas crueles que le dice la mamá. Le recomendamos a usted que lea el Caso 46 a fin de ayudarlo a identificar algunas de las razones por las que su mamá lo está hiriendo con sus palabras.
Le deseamos lo mejor,
Linda
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1 1Co 13:5